jueves, 17 de diciembre de 2009


¡Quién tuviera un Snoopy al lado para poder "utilizarlo" como catalizador de realides! Siempre he admirado y me he sentido identificado con Charlie Brown. Seguro que es cuatroriano. Su fascinación por la misteriosa "chica pelirroja" puede ser enmarcada como otro amor imposible, uno de tantos. Como la de cierta "chica artista", jimmisticamente hablando.




No hay comentarios:

Publicar un comentario